El Guión como una forma de ver la vida.
Hoy en día hay mucha gente interesada en realizar sus propios proyectos audiovisuales, existe la tecnología y los medios suficientes para poder llegar a crear con pocos recursos películas de calidad. Pero lo más importante de una película, como en cualquier obra de arte, es el contenido más que la forma, y particularmente en Chile se han hecho películas de buena factura, pero las historias son débiles y no logran cautivar al público. Existen para esto las clases de guión, las cuales se enfocan en general en enseñar la estructura que debe tener un relato cinematográfico para no "aburrir" al espectador; esta estructura clásica muchas veces es demasiado rígida y limita la creatividad de los realizadores, frustrando a muchos de ellos haciéndolos pensar que son malos guionistas. La verdad, es que no hay una sola forma, ni dos ni tres, sino infinitas formas de escribir un guión cinematográfico y que éste tenga una estructura y un contenido, y cada uno puede encontrar la forma que más le acomode de escribir una historia que sea la que realmente se quiere contar, y que, además, tenga una estructura firme.
La estructura clásica de escribir guiones que se enseña en todas las escuelas, proviene de La Poética de Aristóteles, y viene cargada de un paradigma que hoy en día no es válido para todas las personas. En las películas de estructura clásica "todo pasa por algo", cosa que creían los griegos y que se les enseñaba a través del teatro, para que ellos temieran a sus dioses y aceptaran su destino, ya que no se podía hacer nada para cambiarlo. Pero desde la Antigüedad han pasado muchos años y otras formas de ver la vida han surgido junto con las distintas religiones y filósofos, y ya se ha visto en otras películas la carga de casualidad y/o nihilismo que dentro de una estructura clásica no serian aceptadas, pero que en la pantalla han funcionado a la perfección. Esto es porque la película responde a una forma de ver la vida del guionista que es consecuente con sus propias convicciones, es decir, es un nuevo discurso único y personal del autor.
La idea de este curso es enseñarle a la gente a encontrar su propia forma de narrar historias, a crear verosimilitud en los mundos que generan dentro de sus películas. Más que nada, a enseñarles a decir lo que realmente quieren decir, ya que toda historia habla sobre la vida y, más que nada, de la forma que ve el mismo autor la realidad y cómo lleva esa visión al Cine y hace a los espectadores partícipes de su punto de vista, para que ellos reflexionen parándose desde la mirada del guionista. Todos tenemos distintas formas de ver la realidad y ninguna es objetiva, y esa es la gracia del Cine y una de las formas de innovar. No se necesita una estructura perfecta para que una película sea buena, más que nada se necesita honestidad.
Bárbara Correa Alfaro.
CINE.
Bárbara Correa Alfaro.
CINE.
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